El agua hoy
Desde siempre, a travès de las antiguas civilizaciones, el agua ha sido reconocida como Madre sustancial de la Vida por ser portadora de la corriente cósmica, de la energía creadora, fuente de sanación y regeneración.
Debido a sus cualidades intrìnsecas el agua es, por excelencia, un vehìculo que conduce y almacena cargas elèctricas, energìa elèctrica, energìa de vida. Por eso donde no hay agua, no hay vida.
No es casual que la mayor parte de la red magnètica planetaria se encuentre en mares y ocèanos. No es casual que nuestro planeta estè cubierto en màs de un 70% de una capa lìquida de agua.
Esa red màgnètica planetaria utiliza ese mnato de agua lìquida para transmutar fuerzas densas presentes en la Tierrra, actuando intensamente en el equilibrio planetario.
De la misma manera ocurre en nuestro cuerpo.
En ese proceso, el agua, absorbe, transforma y eleva nuestras vibraciones y las del planeta posibilitando la circulación de un alto porcentaje de energìas curativas, ademàs de revitalizar el aura magnètica de nuestro cuerpo facilitando la relajación de su red etèrica.
Al ser por naturaleza el estado vibratorio del agua un poco màs elevado que el del elemento tierra, el agua capta aquello que vincula al ser humano con las vibraciones telùricas, y asì lo libera de vibraciones de baja frecuencia para que pueda ingresar en estados màs sutiles de conciencia.
La conciencia del agua, como toda conciencia, es multidimencional y cuanto más esté su conciencia presente en la materia, más ayuda a la elevación de la vibración del planeta; esté el agua donde esté, en nuestro cuerpo, en una piscina, un lago o en el mar.
En nuestra cultura la conciencia hacia el agua está dormida.
El agua ha sido relegada a un elemento al servicio del hombre para usos meramente mecánicos: limpieza, transporte, materia prima en procesos industriales… etc. El agua a pasado a ser un elemento de consumo y hasta un objeto de medición de status y actualmente se està convirtiendo en razòn de conflicto y enfrentamiento entre pueblos y naciones debido al grado de contaminación y poca disponibilidad que hoy existe. El nivel del agua que hay en el planeta y que responde a la manipulación humana es de muy baja vibración y está por debajo del nivel vibracional de la media humana, de esta forma el poder o calidad energética que lleva el agua que consumimos o con la que nos ponemos comúnmente en contacto es mucho menor a la nuestra. Nuestro sistema tiene que hacer un "esfuerzo" mediante distintas leyes para nivelar esas energías al estado vibracional de nuestra conciencia; cuando en realidad, ingerir agua o estar en contacto con ella, tendría que ayudar a elevar cada vez màs el nivel vibratorio, acompañando la espiral evolutiva. Esa tendría que ser su acción, pues ese es el propósito del agua en el contacto con la conciencia humana, animal, vegetal o mineral.
Desde siempre, a travès de las antiguas civilizaciones, el agua ha sido reconocida como Madre sustancial de la Vida por ser portadora de la corriente cósmica, de la energía creadora, fuente de sanación y regeneración.
Debido a sus cualidades intrìnsecas el agua es, por excelencia, un vehìculo que conduce y almacena cargas elèctricas, energìa elèctrica, energìa de vida. Por eso donde no hay agua, no hay vida.
No es casual que la mayor parte de la red magnètica planetaria se encuentre en mares y ocèanos. No es casual que nuestro planeta estè cubierto en màs de un 70% de una capa lìquida de agua.
Esa red màgnètica planetaria utiliza ese mnato de agua lìquida para transmutar fuerzas densas presentes en la Tierrra, actuando intensamente en el equilibrio planetario.
De la misma manera ocurre en nuestro cuerpo.
En ese proceso, el agua, absorbe, transforma y eleva nuestras vibraciones y las del planeta posibilitando la circulación de un alto porcentaje de energìas curativas, ademàs de revitalizar el aura magnètica de nuestro cuerpo facilitando la relajación de su red etèrica.
Al ser por naturaleza el estado vibratorio del agua un poco màs elevado que el del elemento tierra, el agua capta aquello que vincula al ser humano con las vibraciones telùricas, y asì lo libera de vibraciones de baja frecuencia para que pueda ingresar en estados màs sutiles de conciencia.
La conciencia del agua, como toda conciencia, es multidimencional y cuanto más esté su conciencia presente en la materia, más ayuda a la elevación de la vibración del planeta; esté el agua donde esté, en nuestro cuerpo, en una piscina, un lago o en el mar.
En nuestra cultura la conciencia hacia el agua está dormida.
El agua ha sido relegada a un elemento al servicio del hombre para usos meramente mecánicos: limpieza, transporte, materia prima en procesos industriales… etc. El agua a pasado a ser un elemento de consumo y hasta un objeto de medición de status y actualmente se està convirtiendo en razòn de conflicto y enfrentamiento entre pueblos y naciones debido al grado de contaminación y poca disponibilidad que hoy existe. El nivel del agua que hay en el planeta y que responde a la manipulación humana es de muy baja vibración y está por debajo del nivel vibracional de la media humana, de esta forma el poder o calidad energética que lleva el agua que consumimos o con la que nos ponemos comúnmente en contacto es mucho menor a la nuestra. Nuestro sistema tiene que hacer un "esfuerzo" mediante distintas leyes para nivelar esas energías al estado vibracional de nuestra conciencia; cuando en realidad, ingerir agua o estar en contacto con ella, tendría que ayudar a elevar cada vez màs el nivel vibratorio, acompañando la espiral evolutiva. Esa tendría que ser su acción, pues ese es el propósito del agua en el contacto con la conciencia humana, animal, vegetal o mineral.
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